Caparazón

8点∀ Ella lo hará

Concha de cuatro lados, como un teléfono, pero con frecuencias regulares que captan todo el día y la luz. Al revés, capta toda la noche y la oscuridad. Hacia adelante se oyen los vientos y las voces de los espíritus, tanto en la superficie como en el cielo. Hacia atrás, alcanza a los fantasmas y entidades que se han despertado bajo tierra. Hablan rápido para los muertos, más rápido que los vivos. La antena (en una esquina de la concha) sirve de señal para llegar al infierno. También puede comunicarse con los dioses. Puede reproducir música con el viento; es del mismo color que el segador. [Sería una historia trágica: quizá se rompa, quizá un animal necesitado hable a través de ella, quizá el elemento metal te llame.]

En el oído derecho, con el lado hacia arriba, escucha sonidos que forman música, una música ambiental pero como el canto de un ángel.

Al revés, oye lo peor que el infierno. Lo inimaginable. El fuego arde con tanta intensidad que no se oyen los gritos... a menos que se escuche con atención. Hacia atrás, oye el pasado en los vientos y los sonidos del agua. En la quietud del calor y el frío del invierno, en lo que aún vive. Hacia adelante... habla del futuro. De lo que está por venir, sin cuentos de hadas. La cáscara se pierde y reaparece al recordarla... cambia de frecuencia, de vibración o lo que sea al entrar en una atmósfera diferente. (El crujido de las hojas, el crecimiento de las hojas, el tamizar de la tierra, el aleteo de los pájaros, la quietud de una piña y el tecleo de los hongos). Puede guiarte por el camino correcto como un Buda que escucha el sendero del alma.

<no ocean, no heaven>

Al sumergirse en un pequeño río, adquiría atributos marinos. (No se trataba del océano, pues el río no era un estanque). Podía oír la marcha militante, casi revolucionaria, y los duros tiempos del trabajo esclavo. Más abajo, solo reinaba el silencio.

Cuando la antena llega al infierno, permanece allí una temporada. Si la recogen sin que debería estar, el infierno responde sin la sonrisa de siempre. Con el agua, se suma al modo que forma cuando necesita mantener la calma y avanzar, relajado pero serio. Puede cambiar según los elementos, desde los clásicos cuatro de fuego y tierra hasta los desconocidos. En la esquina izquierda se encuentran las complejidades, los pequeños latidos de cada gota de lluvia y cada ráfaga de viento. La derecha muestra la dirección, los caminos. Controla la lujuria según cómo se frote y por la influencia de haber sido portada por los dioses. Oculta los siete pecados capitales y contiene las siete virtudes. Quien la empuñe debe ser digno para no confundir los detalles, ya que debe ser perfecta en todo momento o desaparecerá.